Hoy, no quiero hablar de artesanía o de tradiciones. Quiero hablar contigo...
Lo que debes comprender a través de esta página, es que no hago la promoción de Marruecos. No me necesita por eso. Ya me precedió su reputación !
Cada día en este encuentro contigo, quiero mostrarte toda la riqueza y la belleza de nuestro país. Tal vez nunca pudiste verla, tal vez nunca pudiste sentir los olores suaves, o ver todos los colores de este país encantador. Tal vez tampoco pudiste escucharlo, porque es un país que habla con quien lo sabe escuchar.
¿ No me crees ?
Escucha por la madrugada, la llamada a la oración, escucha el murmullo del viento en los árboles, el llanto matunito de las aves, los sonidos de la ciudad que despacio se despierta, la risa dulce de los niños yendo a la escuela, los pasos indolentes de los porteros que callejean y los pasos prensados de los que trabajan....
Tal vez, si te concentras un poco más, hasta podrás sentir el olor rico del café que embalsama el aire!
¿ Ya oíste el silencio misterioso de la noche o sentiste el olor del jazmín que la perfuma?
No lo creo...
¿ Ya te pasó que deambulando en los callejones de la medina, pudiste oír el tintineo de las campanillas de los aguadores y sentir que nuestro país tiene un olor muy especial?
Huele canela, azafrán y azahar...
Sabes, nuestro país no tiene nada que esconder, todo se ve, se oye, se siente para aquellos que lo aman y que como yo, tienen raíces enclavadas profundamente en su suelo.
Lo que debes comprender a través de esta página, es que no hago la promoción de Marruecos. No me necesita por eso. Ya me precedió su reputación !
Cada día en este encuentro contigo, quiero mostrarte toda la riqueza y la belleza de nuestro país. Tal vez nunca pudiste verla, tal vez nunca pudiste sentir los olores suaves, o ver todos los colores de este país encantador. Tal vez tampoco pudiste escucharlo, porque es un país que habla con quien lo sabe escuchar.
¿ No me crees ?
Escucha por la madrugada, la llamada a la oración, escucha el murmullo del viento en los árboles, el llanto matunito de las aves, los sonidos de la ciudad que despacio se despierta, la risa dulce de los niños yendo a la escuela, los pasos indolentes de los porteros que callejean y los pasos prensados de los que trabajan....
Tal vez, si te concentras un poco más, hasta podrás sentir el olor rico del café que embalsama el aire!
¿ Ya oíste el silencio misterioso de la noche o sentiste el olor del jazmín que la perfuma?
No lo creo...
¿ Ya te pasó que deambulando en los callejones de la medina, pudiste oír el tintineo de las campanillas de los aguadores y sentir que nuestro país tiene un olor muy especial?
Huele canela, azafrán y azahar...
Sabes, nuestro país no tiene nada que esconder, todo se ve, se oye, se siente para aquellos que lo aman y que como yo, tienen raíces enclavadas profundamente en su suelo.