En Meknès, la sexta ciudad de Marruecos, la historia se lee a libro abierto. Las puertas colosales que vieron aventurarse los jinetes, sus murallas desmesuradas que protegieron los harenes más bellos son tantos testigos de la locura de los constructores de la ciudad que despeja un encanto indiscutible.
Capital de Marruecos al tiempo del sultán Moulay Ismaïl, que la rodeó de murallas y de puertas monumentales a las lozas verdes. Así como de numerosas y grandiosas construcciones: palacio suntuoso, mezquitas, médersas a los conjuntos armoniosos, las murallas, jardines imponentes y vastos, cuadras de uno talla desmesurada...
¡ La nostalgia me condujo un día, hacia la ciudad qué me vio crecer y de la que guardé tantos recuerdos!
Comencé la visita por el liceo donde estudié y que como yo envejeció...Era un dia llovioso perfecto para recordar el pasado...
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Fue una visita cargada de emociones, de imagenes de nuetras clases, de nuestros profesores, todo un pedazo de vida...
Bab Mansour el Aleuj es la puerta más importante y más notable de Meknès. A parte de su valor histórico, Bab Mansour está considerada por los habitantes de la ciudad como el portal que vincula el pasado al presente.
Obra de arte de la arquitectura islámica, la puerta prosigue en su parte central temas tradicionales de la arquitectura Musulmana. La altura total de la puerta es de 16m aproximadamente, la apertura del arco es de 8m.
Meknès es una capital imperial atractiva y preciosa. A pesar de la riqueza de su patrimonio histórico, conservó la sencillez de sus orígenes. Protegida por una cuarentena de kilómetros de murallas, conservó monumentos imponentes, entre los que estuvieron las numerosas mezquitas que le valen el sobrenombre de " ciudad de los cien alminares ".
Hasta el infinito y más allá...
Meknès posee una de las medinas más solicitadas de Marruecos. La plaza El-Hedime, exactamente situada entre la ciudad antigua y la parte imperial, protege el mercado cubierto que se anima al crepúsculo: comefuegos, narradores, y cómicos ambulantes crean un ambiente de los más exóticos.
Los cuartos del palacio Jamaï sirven de estuche al museo de los Artes tradicionales de Meknès: cerámicas, maderas esculpidas y joyas, utensilios usuales o mobiliario componen un conjunto que permite medir la riqueza de la artesanía meknassi. El púlpito (minbar) realizado de madera de cedro esculpido es toda una obra de arte!
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